Las ciudades mexicanas enfrentan cada verano temperaturas extremas que afectan la salud, economía y calidad de vida; esto se incrementa en zonas áridas como Sonora. Una de las causas principales de este fenómeno es la isla de calor.

Por si no conoces el concepto, te explicamos: se trata de un efecto que intensifica el calor y hace que vivir en algunas colonias sea más difícil que en otras. Comprender qué es, por qué sucede y cómo reducirlo es clave para preparar tu casa y proteger a tu familia frente a los impactos del cambio climático. Es por eso que, en este artículo, explicamos los conceptos más importantes y desarrollamos algunas recomendaciones.

¿Qué es la isla de calor urbana?

La isla de calor ocurre cuando las ciudades acumulan más calor que las zonas rurales cercanas (El Economista, 2024). Esto sucede porque el concreto, el asfalto y los edificios retienen la radiación solar durante el día y la liberan lentamente durante la noche. En consecuencia, mantiene altas temperaturas incluso cuando el sol ya se ha ocultado.

Esta diferencia térmica puede ser de hasta 5 °C, en comparación con áreas menos urbanizadas. En ciudades como Hermosillo, donde los veranos ya superan los 40 °C, esta situación se traduce en noches sofocantes; además, implica un mayor gasto de energía para enfriar las viviendas.

Diferencias entre isla de calor, ola de calor y clima extremo

Muchas veces se confunde la isla de calor con otros términos relacionados.  Sin embargo, dichos fenómenos suceden por situaciones diferentes y sus efectos no son los mismos. En ese sentido, conviene aclarar lo siguiente (Mercado y Marincic, 2023):

• Isla de calor urbana: es un fenómeno localizado, causado por la estructura y materiales de la ciudad.
• Olas de calor: se refieren a periodos prolongados de temperaturas anormalmente altas que afectan regiones enteras.
• Clima extremo: engloba diferentes eventos como precipitaciones intensas, sequías prolongadas o vientos fuertes.

Entender estas diferencias permite identificar qué medidas corresponden a cada problema. En el caso de las islas de calor, la solución pasa por replantear cómo construimos y habitamos nuestras ciudades.

¿Cómo impacta la isla de calor en tu ciudad?

El impacto de una isla de calor se percibe de manera distinta según la zona donde vivas. Por ejemplo, colonias con poca vegetación y calles pavimentadas pueden ser hasta 7 °C más calientes que áreas rurales cercanas (Barrera et al., 2022). Esto no solo genera incomodidad, sino que incrementa el uso de aire acondicionado.

En definitiva, todo esto tiene un efecto en nuestra salud. El calor prolongado aumenta los riesgos de deshidratación y problemas cardiovasculares. De hecho, las personas mayores, niños y quienes tienen enfermedades crónicas son las más vulnerables (Organización Mundial de la Salud, 2024).

Pero no solo eso, el calor extremo también impacta en nuestra economía.  Las familias recurren al aire acondicionado como primera solución, pero esto genera un círculo vicioso:

• Más consumo de energía.
• Facturas más caras.
• Mayor emisión de gases contaminantes.

Ciudades de México con mayores problemas de isla de calor

Aunque el calor afecta a todas las grandes urbes, algunas enfrentan problemas más críticos. Estas son las ciudades más afectadas (Mercado y Marincic, 2023):

• Hermosillo: reconocida como una de las ciudades más calurosas del país, con veranos extremos y urbanización acelerada.
• Monterrey: el crecimiento industrial y la falta de áreas verdes la convierten en un caso de estudio.
• Ciudad de México: aunque su clima es más templado, su densidad poblacional y pavimentación intensifican la acumulación de calor.
• Guadalajara: el crecimiento inmobiliario ha reducido áreas verdes, generando microclimas más cálidos.

Estrategias para reducir la isla de calor en tu hogar

La buena noticia es que hay acciones prácticas que puedes implementar desde tu vivienda para mitigar el impacto del calor. No es necesario invertir mucho dinero ni hacer obras invasivas. Esta es una lista de las acciones que puedes tomar (El Economista, 2024):

• Aislamiento térmico: reforzar muros, techos y ventanas para mantener el interior fresco.
• Colocar techos y muros verdes: reducen la radiación y mejoran la calidad del aire.
• Aumentar la vegetación: plantar árboles en patios y banquetas para crear sombra natural.
• Usar materiales claros o reflectivos: pintar techos y paredes en tonos claros disminuye la absorción de calor.
• Ventilación cruzada: diseñar corrientes de aire naturales reduce la dependencia de aparatos eléctricos.

Estas medidas son más accesibles que instalar paneles solares y generan un impacto inmediato.

Consejos prácticos para proteger tu hogar

Además de las medidas estructurales, hay pequeños cambios en tus rutinas que pueden marcar una gran diferencia en la manera en que enfrentas la isla de calor. Pon en práctica los siguientes consejos (El Economista, 2024):

• Uso eficiente del aire acondicionado: procura mantenerlo en 24 °C, temperatura suficiente para el confort y mucho más eficiente en términos energéticos. Subir un par de grados puede reducir hasta un 10 % el consumo eléctrico.
• Ventiladores como aliados: combinados con el aislamiento térmico, los ventiladores ayudan a mover el aire y refrescar el ambiente sin depender tanto del aire acondicionado.
• Cortinas y persianas térmicas: instalar telas especiales bloquea la radiación solar directa, reduciendo varios grados la temperatura interior.
• Electrodomésticos de bajo consumo: cambiar a equipos con sello de eficiencia energética evita que el calor que generan se sume al ambiente interior.
• Hidratación y espacios frescos: aunque parece obvio, mantener agua disponible y adaptar un espacio ventilado en casa ayuda a sobrellevar los días de calor extremo sin riesgos de salud.

La importancia de actuar de manera colectiva

El aumento del calor ambiental no se resuelve solo con acciones individuales. Si bien cada familia puede contribuir desde su hogar, también es vital impulsar cambios a nivel comunitario y gubernamental (Barrera et al., 2022).

Los vecinos organizados pueden promover proyectos de arborización en calles, parques y banquetas. Asimismo, las autoridades locales tienen la responsabilidad de fomentar regulaciones que obliguen al uso de materiales reflectivos y fomenten el diseño de viviendas más frescas y sostenibles.

Trabajar juntos no solo ayuda a reducir el impacto del calentamiento global, sino que también fortalece la resiliencia de tu ciudad y mejora la calidad de vida de todas las familias.

El papel del ciudadano frente al cambio climático

Cada acción cuenta. Al tomar medidas para reducir la isla de calor, también contribuyes a mitigar el calentamiento del planeta. Además de mejorar la calidad de vida de tu familia, ayudas a que tu colonia y tu ciudad sean más resilientes frente al calor. El calor es un fenómeno silencioso, pero con consecuencias profundas en tu vida diaria. El aumento de las temperaturas afecta tu salud y tu economía, acelerando los efectos del cambio climático. Sin embargo, al tomar medidas sencillas como el aislamiento térmico, la ventilación cruzada o la creación de áreas verdes, puedes marcar la diferencia. Hoy más que nunca, preparar tu casa es prepararte para el futuro. Un hogar fresco, seguro y consciente del medio ambiente es posible.

Referencias Bibliográficas

• Barrera Alarcón, I. G., Caudillo Cos, C. A., Medina Fernández, S. L., Ávila Jiménez, F. G., y Montejano Escamilla, J. A. (2022). La isla de calor urbano superficial y su manifestación en la estructura urbana de la Ciudad de México. Revista de ciencias tecnológicas, 5(3).
• El Economista (2024). Islas de calor, el fenómeno urbano que se intensifica y cada vez es más frecuente.
• Hermosillo, ¿Cómo Vamos? (s.f.). Home.
• Mercado, L., y Marincic, I. (2023). Isla de calor urbana en ciudades del desierto continental. Estrategias de mitigación. México: Comunicación Científica / Universidad de Sonora.
• Organización Mundial de la Salud. (2024). Cambio climático, calor y salud.