Una isla de calor es un fenómeno que ocurre en las ciudades cuando la temperatura del aire es notablemente más alta que en las zonas rurales cercanas. Esta diferencia puede ser de varios grados centígrados y se debe principalmente a cómo están construidas y organizadas las áreas urbanas.
¿Por qué sucede?
Las ciudades están llenas de superficies como asfalto, concreto y edificios que absorben y retienen el calor del sol durante el día. Por la noche, ese calor se libera lentamente, haciendo que las temperaturas se mantengan elevadas incluso cuando ya ha oscurecido. A esto se suma la escasez de vegetación, que en condiciones normales ayudaría a refrescar el ambiente mediante la evaporación del agua.
Además, la actividad humana, como el uso de vehículos, aires acondicionados, fábricas y alumbrado público, genera calor adicional. Todo esto crea una especie de “burbuja térmica” sobre la ciudad, conocida como efecto isla de calor urbana.

¿Por qué es importante saber de las islas de calor?
Este fenómeno tiene consecuencias reales como:
- El aumento en el uso de energía para enfriar los edificios.
- Agrava problemas de salud, especialmente en personas mayores o con enfermedades respiratorias.
- Contribuye al cambio climático al elevar la demanda energética y las emisiones de gases contaminantes.
¿Cómo se puede reducir?
Algunas soluciones incluyen:
- Usar materiales de construcción aislantes y que reflejen el calor en lugar de absorberlo.
- Diseñar ciudades con mejor ventilación natural y menos superficies expuestas directamente al sol. Incorporar tecnologías para hacer edificios y casa inteligentes.
- Darle a la ciudad más áreas verdes.
Reducir la frecuencia y los efectos de las islas de calor en Hermosillo no es una tarea lejana ni exclusiva de grandes proyectos urbanos: empieza en cada casa. Si logramos que más casas en Hermosillo estén mejor aisladas, que usen menos energía y que se alimenten de fuentes más limpias, estaremos dando pasos firmes hacia una ciudad más fresca, más habitable y con menor impacto ambiental.