No es tu imaginación, es real, en nuestra ciudad año con año hace más calor, y aquí te explicamos de forma sencilla el por qué.
1. Más calor por el cambio climático
El planeta entero se está calentando porque usamos mucha energía que viene de quemar combustibles como el gas y el petróleo. Eso libera gases que atrapan el calor en la atmósfera, como si la Tierra tuviera una cobija muy gruesa. Esto hace que las temperaturas suban en todo el mundo, incluyendo Hermosillo.
2. La ciudad retiene más calor
Hermosillo tiene muchas calles, edificios y techos de concreto o asfalto. Estos materiales absorben el calor del sol durante el día y lo sueltan lentamente en la noche, haciendo que la ciudad no se enfríe fácilmente. Esto se llama isla de calor urbana.
3. Falta de árboles y sombra
En muchas zonas urbanas hay poca vegetación, lo que significa menos sombra y menos enfriamiento natural. Los árboles ayudan a refrescar el ambiente, pero si hay pocos, el calor se siente más fuerte.
Casas mal aisladas
Muchas viviendas no tienen buen aislamiento térmico, lo que hace que el calor entre fácilmente y se quede atrapado adentro. Esto obliga a usar más ventiladores o aires acondicionados, lo que a su vez genera más calor y más consumo de energía.
¿Cómo ha cambiado la temperatura en Hermosillo?
Desde 1950 hasta 2023, Hermosillo ha mostrado un aumento constante en su temperatura media anual, pasando de valores cercanos a los 24 °C en los años 50 a más de 27 °C en años recientes.

Las temperaturas máximas promedio también han subido. En los años 90, los veranos alcanzaban regularmente los 40 °C, pero en la última década se han registrado máximas aún más altas.
En julio de 2020, Hermosillo alcanzó una de sus temperaturas más extremas: 49.5 °C, una de las más altas jamás registradas en México.
En conclusión
El calor en Hermosillo no solo se siente más fuerte, está creciendo con datos que lo confirman. Pero entender por qué sucede es el primer paso para cambiarlo. Aunque el problema es global, sus efectos se viven de forma muy local, y ahí es donde podemos actuar. Si desde nuestros hogares reducimos el consumo eléctrico, mejoramos el aislamiento, y apostamos por soluciones más limpias y eficientes, no solo nos protegemos del calor, también contribuimos a frenar su causa.